Hoy quiero hablarte

Hoy es un comienzo de algo realmente extraordinario. Quiero invitarte a un mundo lejano del cual vivimos, un mundo en el cual somos perfectos. ¡Si! Perfectos… No dudes de mis palabras, porque cuando hablo con lo profundo de mi corazón, solo digo la verdad.

¿Por qué estas triste? ¡No! No me lo digas, solo cierra tus ojos y confía en mí, porque no te abandonare, no te juzgare, estaré a tu lado en cada instante.

Puedes pensar que es hoy es un día normal para tu vida, pero te aseguro que será extraordinario para tu futuro, para tu corazón.

Te amo ¿Lo sabias? Cada lágrima tuya hace latir fuertemente mi corazón. Por eso en tus noches he mandado millones y billones de estrellas para que puedan iluminar tu oscuridad.

Te amo y no me cansare de decírtelo nunca, teame desde el primer día en el que te conocí, desde el día en que tus manitos pequeñas y tus ojitos abrían lentamente buscando a alguien a quien mirar. Estuve en aquel momento y te abrase tan fuerte cubriéndote con mi preciosa sangre, sangre de vida y de amor.

Aprecie cada momento de tu niñez, ¿Recuerdas cuando empezabas a caminar? Pues, yo sí. Cada detalle lo llevo guardado conmigo, por siempre y para siempre. Tan pequeñita eras y estabas comportándote como una mujer. Te amé muchísimo aquel día que empezabas a caminar, tus piecitos chiquitos moviéndose de un lado para otro, tambaleabas con mucho esfuerzo por mantenerte en pie, no tuviste miedo y seguiste caminando unos centímetros más. Pero te caíste.

Te amé tanto aquel día, habías terminado muy cansadita y te dormiste rápidamente. Justo ese día hice que la luna brillara fuertemente, con su gran resplandor. Estaba feliz de apreciar tu belleza, mi corazón latía fuertemente que en esa noche tan oscura, quería hacer de esa mitad de luna, una luna llena y hermosa para que iluminara tu ventana, así poder apreciar tu precioso rostro.

Recuerdo muy bien que los días pasaron rápidamente, seguías intentando dar tus primeros pasos, eras muy valiente. Caminabas y te caías, te levantabas cada vez que eso ocurría. Estuve pendiente cada segundo para protegerte, pero en una oportunidad te caíste y te lastimaste… llorabas con mucha frustración y me decías “Papá ayúdame por favor, ayúdame a caminar”. “Hija querida, lo que más deseaba en ese momento era ayudarte”. Pero sabía bien que si lo hacía, cuando seas más grandes ibas a tener dificultades para caminar, es por eso que estaba pendiente en ti, que dieras tus primeros pasos, sabía bien que lo lograrías, confiaba en tu amor.

Te dormiste pensando en ese momento que te caíste y muy dentro de ti dijiste que ya no querías probar, tenías miedo de lastimarte más fuerte, una dulce lagrima cayo de tus ojitos tan hermosos que mi corazón se estremecía lentamente, pero seguía confiando en tu fortaleza y eso me daba la esperanza de seguir velando tu por amor.

Al día siguiente, luego de una gran velada cuidando tus sueños, lograste levantarte con ánimo para seguir intentando a caminar. Aprecie con detalle tu sonrisa, mirabas hacia el techo de tu habitación y empezabas a caminar tambaleándote de un lado para el otro. –Casi casi te caes –pero sacaste fuerzas y pudiste mantenerte de pie. Cuanto amor despertaste en mi ese día, llore demasiado sin poder controlarme, por eso aquel día llovió fuertemente en tu habitación, tu sonrisa alimenta mi corazón y he mandado ángeles para que te cuidaran día y noche.

No temas hija mía, yo te amo tal como eres, no tengas miedo de contarme tus más profundos sentimientos. Te amo tanto que solo me importa verte feliz.

Los días, meses y años pasaron rápidamente. Te convertiste en una mujercita, seguía pendiente de tus primeros pasos como mujer, llegaron días malos en tu vida en el que solo querías estar sola en tu habitación sin querer saber de nadie. Tus lagrimas inundaban tu habitación, tu vida había cambiado y el porqué de muchas veces sin respuestas. Estuve pendiente toda esa noche tan larga que tuviste que pasar, pero no me has visto y mucho menos has querido saber de mí. Seguía pendiente en que pronuncies mi nombre, que me busques. Pero no fue así, pero no pude evitar seguir cuidándote. Tu tristeza no te dejaba ver con claridad.

Tus lágrimas no fueron en vano, escucha tus más profundos sentimientos que guardabas dentro de ti. Mande a una personita para que te amara tanto como yo te amo, para que cuidara de ti, para que conquistara tu corazón minutos y segundos, para que en cada mañana sintieras su gran amor.

Sé muy bien que estas en un mundo confuso y raro para ti… ¡Se valiente y esfuérzate! Porque tengo una hermosa promesa solamente para ti, porque te amo.

Prometo que vendrán días hermosos en tus días negro, solo ten paciencia y tranquilidad, estaré a tu lado.

Recuerda: En estos momentos difíciles, quiero que seas como cuando eras chiquita, que empieces nuevamente a caminar, aun cuando te caes, pero vuelve a intentar. ¡No temas! Estaré contigo cuidándote para que ninguna caída te haga daño. Te amo y solo quiero verte sonreír.

Me siento orgulloso de ti, te has convertido en un maravilloso ser. No temas de lo que ocurrirá en tu futuro, ¡Despreocúpate!

No dejes de buscarme, siempre estaré a tu lado para cuando me necesites. Te amo, te amé, te amare “Siempre”. Dulces sueños y recuerda que te amo con todo mi corazón, estaré esperándote así te sientas junto a mi lado. Te amo.

Firma: Tu Padre Celestial.

Autor: Carlos A. Larco (Con mucho cariño y respeto para ti)

Dios te bendiga mucho, que cuide de tu corazoncito hoy y siempre! 

Escrito el día 31-05-2011 

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